Entre
las tantas cosas que se encuentran en la red, me pareció notable esta. No me
parece que esté de algún modo denotando de mala manera nuestros símbolos, ni que
niegue o contradiga los fines del blog. Por
el contrario me parece una buena reflexión, sobre todo muy actual sobre la
condición y vivencia hoy día en estas tierras.
En la cúspide del conjunto la altivez del
cóndor sostiene una corona de laurel entre su pico, mientras sus garras se
aferran a lo frágil de un cinto que reza en su interior: Libertad y orden. De
manera descendente se pueden ver los cuernos de la abundancia rebosantes de
frutos de la tierra, luego y coronando el extremo de una vara se ve el gorro
escarlata de los Sand culottes y finalmente en el extremo inferior dos
embarcaciones sobre mares azules son separadas por montañas, todo esto rodeado
de sendos estandartes tricolores adheridos a fieras lanzas de combate.
La realidad del escudo:
La realidad del escudo:
El cóndor esta extinto en nuestro cielo, el
antiguo carroñero de los andes ha sido exterminado por el delito ruin de raptar
corderos y cabritos, ahora importan sus polluelos desde el norte.
El laurel aún perdura “finamente picado para
adobar la carne en los asados” La máxima de libertad y orden ha sido trastocada
por libertad para el desorden o libertad condicional, los cuernos de la
abundancia son de granadas, minas, balas y armamento. El gorro frigio ahora es
un sombrero zenú de cañaflecha.
Las embarcaciones sobre los dos océanos,
dejaron de ser desde hace tiempo, fruto de las estrategias comerciales del
imperio y de la incompetencia de un insigne mandatario que componía grafías y
fabricaba versos.
Y del tricolor que antaño representaba el
sol, los océanos y la sangre derramada por los guerreros muertos por su patria,
solo queda el amarillo de un oro que algunos europeos se robaron, el azul del
partido que masacró a los rojos y el rojo del partido que degolló a los azules.
Chuntivero Embejucado
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