fotograf+ia mayo 2013 ~ Colombia Identitaria | Mi Folk Mi Honor |

Héroes, Heroínas y Tiple.

"Yo confío en la multitud. Hoy, mañana y pasado, esa multitud que sufre el suplicio, que lo sufre en silencio, sabrá desperezarse y para ese día, ¡oh bellacos!, será el crujir de dientes". – Jorge Eliécer Gaitán.

Campo, Amor, Folk

"Vestida Como El Campo"
Carlos Castro Saavedra

De verde te amo más, con el vestido
que se parece al campo cuando llueve,
y el campo se emociona y multiplica
su verdura por nueve.

Ataviada de selva, de árbol joven,
por mi casa mensual cantas, caminas,
y despreocupas las habitaciones
con tu aroma de encinas.

Pienso que te sembré, que soy labriego,
que tu seno es el fruto de mi arado,
y que te salen hojas de la vida,
y ramas del costado.

Te quiero más así, toda de verde
olorosa a madera, esperanzada,
como recién salida de la tierra
con la cara mojada.

Déjame recostar sobre tu falda,
soñar que me he perdido en tu follaje,
y que un hijo me busca como loco
debajo de tu traje.

Viaje a Pie, Fernando González (Fragmento)

La grafonola acompaña siempre a lo más delicioso, las circunstancias antecedentes del amor. Porque, así como el delito, el amor tiene circunstancias antecedentes, concomitantes y consiguientes. Todo lo agradable de la vida es antecedente del amor; todo lo que llamamos alegría, en cualquiera de sus manifestaciones, es antecedente del amor. La perspectiva del amor es el encanto del viajero, el encanto de todo lo que vive, la ilusión de todo lo que existe, desde el átomo hasta Dios. ¿Qué importa el objeto? Es una disculpa para poder amar. Nacimos para eso y antecedentes del amor son todos los heroísmos y todas las obras. Así como en la fonda desconocida el viajero siente una alegría vaga que no es otra cosa que la perspectiva de las figuras femeninas posibles, asimismo está el amor detrás de las trabajosas obras de Hegel… Las circunstancias concomitantes y subsiguientes al amor son tristeza. Entonces se convence uno de que lo engañó esta madre Naturaleza que sólo se preocupa por la especie. Las circunstancias subsiguientes al amor son iguales a viajar durante días en un tren: se experimenta la misma desazón en la columna vertebral.

El Tiple y su Genealogía

Por Jonh Jairo Torres de la Pava

INTRODUCCIÓN.

Para el Ingeniero Civil, tiplista y escritor David Puerta Zuluaga, el Tiple "Es un personaje netamente Colombiano, andariego y proletario, con arterias de alambre y corazón de madera; hijo de padre desconocido, que nació en algún lugar de nuestra geografía Andina; creció entre los más humildes: Mineros, Campesinos, Arrieros, Artesanos; nunca, durante su infancia, fue invitado a una fiesta de alcurnia; no podía entrar a las casas de la gente bien; hasta hubo párrocos que lo expulsaron de sus iglesias... Pero el tiple no se dejó abatir. Por el contrario se metió en el alma colectiva, ayudó a los comuneros en su grito, acompañó a los libertadores en sus jornadas emancipadoras, se convirtió en el compañero de bodas, serenatas, fiestas y despechos; se incrustó en la vida de la nación como símbolo y anclaje de la Colombianidad."

Estos son apartes del prologo de uno de los pocos libros que tratan con profundidad y rigor investigativo el tema del Tiple; se trata del libro LOS CAMINOS DEL TIPLE, producido por ediciones AMP DAMEL LTDA y por el mismo autor, esta obra fue premiada en el concurso de Historia Nacional en 1985.

Del origen del tiple sabemos poco, pero por sus múltiples similitudes, podríamos afirmar que es un descendiente americano de la Guitarra. Vamos a tratar de despejar este misterio haciendo uso de algunas teorías y de los pocos tratados que abordan con seriedad este interesante tema.

Usted...

Usted
que es una persona adulta
- y por lo tanto-
sensata, madura, razonable,
con una gran experiencia
y que sabe muchas cosas,
¿qué quiere ser cuando sea niño?
Jairo Aníbal Niño.

Ferrocarril en la Botella

El credo que nos acompaña llegó por medio de una botella: no fue un mar quien lo trajo, fue un viejo nunca vejado; y aunque viejo, no viejos sus recuerdos. Su aire creó una convicción de por vida. Su aliento se atrevió a tocar nuestra ventana para saludar eternamente… y vednos aquí. 

El Cóndor de los Ándes: Ave milenaria y ancestral

Cóndor de los Ándes (Vultur Gryphus)

Por: Andrés Sánchez 

Por miles de años, esta ave ha surcado los cielos de los andes colombianos y de Latinoamérica, acá en Colombia principalmente se ubica en el centro del país. Llega a pesar hasta 12 kg y al despliegue de sus alas puede alcanzar a medir 3,4 metros, además es el ave voladora más grande del mundo. En un día esta ave puede ingerir 5 kg de alimento, y cuando no lo hay ayuna hasta 5 semanas. La hembra se diferencia del macho por que tiene el iris color rojo y el macho posee cresta y su iris es café claro.

Sólo se reproducen cada 2 años, durante 58 días es el periodo de gestación, donde el padre y la madre se encargan de encubar el huevo. Estos llegan a la vida adulta a los 8 años y pueden vivir de 40 a 50 años.

Gran parte de su existencia la pasa volando, puede alcanzar alturas de hasta 10.000 metros y sus territorios se expanden hasta 120 km, y su muy desarrollado sentido de la vista le permite avistar su alimento.

Aproximación al escudo de Colombia

Entre las tantas cosas que se encuentran en la red, me pareció notable esta. No me parece que esté de algún modo denotando de mala manera nuestros símbolos, ni que niegue o contradiga los fines del blog.  Por el contrario me parece una buena reflexión, sobre todo muy actual sobre la condición y vivencia hoy día en estas tierras.

En la cúspide del conjunto la altivez del cóndor sostiene una corona de laurel entre su pico, mientras sus garras se aferran a lo frágil de un cinto que reza en su interior: Libertad y orden. De manera descendente se pueden ver los cuernos de la abundancia rebosantes de frutos de la tierra, luego y coronando el extremo de una vara se ve el gorro escarlata de los Sand culottes y finalmente en el extremo inferior dos embarcaciones sobre mares azules son separadas por montañas, todo esto rodeado de sendos estandartes tricolores adheridos a fieras lanzas de combate.

La realidad del escudo: 
El cóndor esta extinto en nuestro cielo, el antiguo carroñero de los andes ha sido exterminado por el delito ruin de raptar corderos y cabritos, ahora importan sus polluelos desde el norte.

El laurel aún perdura “finamente picado para adobar la carne en los asados” La máxima de libertad y orden ha sido trastocada por libertad para el desorden o libertad condicional, los cuernos de la abundancia son de granadas, minas, balas y armamento. El gorro frigio ahora es un sombrero zenú de cañaflecha.

Las embarcaciones sobre los dos océanos, dejaron de ser desde hace tiempo, fruto de las estrategias comerciales del imperio y de la incompetencia de un insigne mandatario que componía grafías y fabricaba versos.

Y del tricolor que antaño representaba el sol, los océanos y la sangre derramada por los guerreros muertos por su patria, solo queda el amarillo de un oro que algunos europeos se robaron, el azul del partido que masacró a los rojos y el rojo del partido que degolló a los azules.
Chuntivero Embejucado 

¿Colombia?


Defiende tu Nación. Defiende tu Cultura


Gracias DBNP por el aporte. 

De buena casa, buena brasa...

Así se Trova en Colombia, "Los Marinillos"

El año pasado tuve la posibilidad de escuchar este trabajo discográfico realizado por el dúo de comediantes “Los Marinillos” integrado por Campos Elías (Germán Darío Carvajal) y El Puntudo (Saulo García), es el resultado de una investigación realizada por este par, un recorrido por los ritmos copleros de gran parte de las regiones Colombianas, da gusto escucharlo. Acá Link para descargar el disco. Gracias a Fabio Ortíz por compartir aquella ocasión.

"Pueblo hermoso el de Colombia
De calidez sin igual,
Emprendedor y festivo
Acogedor y cordial”   

“Pueblo que sabe brindarse
Con entusiasmo y esmero
Abnegado y laborioso
Sensible, franco y sincero."

¡Música, Patria, Orgullo & Distinción!

¡Música, Patria, Orgullo & Distinción!

(Fotografía por Arvey Bastidas)

Buenas Costumbres...

Buenas costumbres que llaman…

Colombia Number One

Por: Carlos León Gaviria Ríos

Del libro Colombia en la Guerra de Corea: memorias veteranas, escrito por Carlos León Gaviria Ríos y próximo a publicarse. Fragmentos que alumbran esas lejanas batallas traspapeladas entre las muchas locales.

El Batallón Colombia fue asignado, luego de su entrenamiento, al 21 Regimiento de Infantería Gimlets (Taladros) de la 24 División Victory del VIII Ejército norteamericano. Una vez el Batallón Colombia ocupó su lugar en el campo de batalla, la radio de Peiping, bajo control comunista, lo saludó en español: "Bienvenida a los soldados colombianos en su llegada a línea de fuego. Esperamos conocer el valor de estos suramericanos". El 7 de agosto de 1951 comenzaron las pruebas de valor. En su primera patrulla ofensiva, con la que quisieron conmemorar la batalla del Puente de Boyacá, fueron heridos once soldados. Desde su posición el Batallón envió patrullas de reconocimiento ofensivo, lo que le costó, el 7 de octubre, sus primeras tres bajas: el sargento David A. Hurtado, el soldado Oliverio Cruz y el cabo primero Helio de Jesús Ramos, autor de la letra del himno del Batallón Colombia.

Manifiesto de los estudiantes Antioqueños a los Colombianos

“Lustros a que con gloriosos clamores sonó para la América Hispana el toque de renovación y de avance; honda inquietud agita los espíritus, a tiempo que el pecho de la Juventud arde en el fuego de los grandes anhelos. Definitivamente se aleja el pasado, dejando tan sólo un recuerdo de ruinas: alborea en Oriente luz nueva, en forma de Justicia y de Verdad. Consciente de sus altos destinos, la briosa Juventud Americana se congrega en Asambleas deliberantes, deseosa de anunciar la buena nueva, el advenimiento del progreso triunfal. Un tono mirífico anima el corazón enardecido y valiente; el nervio tenso y de vigores pleno, se ejercita en luchar y se habitúa a vencer, porque lo anima en la lid la conciencia de obrar en provecho de la Humanidad, del Futuro, preñado de Gloria y de virtud, de Alegría y de Libertad, de Ciencia y de Fe”. 

Manifiesto de los estudiantes antioqueños a los colombianos, 
12 de abril de 1922.
(Antigua publicación  en el desaparecido blog 
"Berraquera Nacional")

¿Cuál Tradición?

Visto en NonConforme.

¿Mantener la tradición en Colombia? ¿Añorar nuestro pasado? ¿Odiar la modernidad? Querer mantener la tradición en Colombia seria: añorar sostenerse como colonia de un imperio que lo único que hizo fue saquear nuestros actuales territorios, lejos del legado académico y civilizatorio, el imperio español también trajo consigo el amor por el oro y el desprecio por el ser humano. Seria arrastrar el duro sistema de clases sociales, similar a los regímenes de casta y herencia y foco de la discriminación y el odio entre ricos y pobres. Seria querer sostener a los grandes hacendados y a sus idiotas útiles como siervos de la gleba, nosotros.

Seria arrastrar el racismo para el indio, el odio al blanco y la lastima por el negro. Seria arrastrar un sistema político corrupto, creado para concentrar el dinero en los hijos directos de los españoles. Seria querer revivir el duro sistema económico que convirtió al campesino colombiano en prácticamente un esclavo. Seria el revivir el odio bipartidista, ese que asesino a colombianos por ser azules o rojos. Seria querer sostener a la oligarquía que mata al caudillo que ama al pueblo, sin importar su filiación política. Seria sostener a los políticos que por mas de 200 años se han repartido el país; los Holguín, los Santos, los Pastrana, los Turbay, los López, el etcétera es bastante largo.

Gegar Colombiano: Una raza desconocida

Autor: Pablo Gómez

El Gegar colombiano es una raza canina creada por el fallecido Germán García y García, reconocido criador de perros en Colombia de donde toma el nombre la raza. La investigación para la creación de esta raza comienza en 1975, por esto es prácticamente una raza nueva, creada con la intención de que Colombia tuviera un perro nacional con estándar, como el Inca peruano, el Dogo argentino, el Fila Brasileiro o el Chihuahua mexicano. Todavía es una raza en formación, con unos 200 animales localizados en Bogotá, Ibagué y los Llanos.

Es un descendiente del Basenji, el Canaan Dog y una primitiva raza del interior del país Colombiano, que actualmente se considera extinguida. Sin embargo es común ver similitudes entre el "Gegar" y los perros callejeros o "criollos" llamados también "Gozques", que deambulan por las calles de las ciudades colombianas.

Vivir Peligrosamente


"¡Ni riesgos! Vivir peligrosamente, señores, el peligro nos mantiene despiertos, rápidos en pensar y atacar. Porque si nos echamos con las petacas nos ponemos hobachones, la vida se duerme y uno se acaba".

Ernesto, personaje literario de la obra de 
Manuel Mejía Vallejo, Aire de Tango.
(En la fotografía Juan Machete, 
Parque Temático Las Malocas / 
Villavicencio, Meta, Colombia).

Colombiana


Llevo la bandera enredada en mi alma
Y en mi piel aroma de selva y montaña;
Siento los pregones de mil serenatas
Que llenan de vida nuestras madrugadas.

Llevo la dulzura que tiene la caña
Y al café sembrado en mis esperanzas;
Llevo en mí la cumbia y las alpargatas
Como los blasones de mi alegre raza.

Siento los rumores de mares que bañan

Las hermosas costas de mí amada patria;
Llevo de mi madre su fe y esperanza
De mi padre el reto de un mejor mañana.

Siento mil galopes de llanura brava
Al son de capachos, cuatros y maracas;
Siento las tamboras, tiples y guitarras
Y a los acordeones meciendo añoranzas.

Llevo la dulzura que tiene la caña
Y al café sembrado en mis esperanzas;
Llevo en mí la cumbia y las alpargatas
Como los blasones de mi alegre raza.

Siento los rumores de mares que bañan
Las hermosas costas de mí amada patria;
Llevo de mi madre su fe y esperanza
De mi padre el reto de un mejor mañana.

Siento los rumores de mares que bañan
Las hermosas costas de mí amada patria;
Llevo cuanto amo dentro de mis nostalgias,
Pero sobre todo siento en mí…
El orgullo de ser Colombiana.

Soy el Café Colombiano


Me plantaron unas manos de un campesino abnegado,
Las mismas que poco a poco de mi existencia han cuidado,
Cuando conocí la luz para un surco me llevaron
Donde cada nuevo día de ramas me fui llenado;
Hojas color esmeralda fueron poblando mis tallos
Hasta que surgieron flores de un hermoso color blanco.

Y vi pasar el invierno, fuerte soporté el verano
Y esas manos campesinas de mí nunca se olvidaron.

Un día me sentí alegre porque en mis ramas brotaron
Tiernos granitos redondos que dan el fruto anhelado;
Unos ojos muy atentos mi madurez esperaron
Hasta que esas mismas manos a un canasto me llevaron.

Y fui recorriendo el mundo después de que me secaron,
Para decir con Orgullo soy el café colombiano.

Bambuco de
 Ancízar Castrillón Santa, 
interpreta Luz Marina Marín.
(Fotografía de Emel Mosquera Rivas)

La cultura, Fernando González

(Fotografía de Manuela Montes Aristizábal / Café de Otraparte)

"La cultura consiste en desnudarse, en abandonar lo simulado, lo ajeno, lo que nos viene de fuera, y en auto-expresarse".
Fernando González, 
Los Negroides  1936.

Semilla es...

Un campesino sin semillas no es campesino. Semilla es Poder. Semilla es Legitimidad. Semilla es Libertad. Semilla es Independencia. Semilla es Patria, es Nación. Es Grito, es Soberanía y es Auto-determinación de los Pueblos.

Un país por mucha riqueza que tenga, si no es capaz de producir los alimentos que consume, y esa producción de alimentos que consume no descansa en las manos de los campesinos, será un país doblegado, arrodillado, vil.  
Jairo Restrepo

Rodrigo Arenas Betancourt: Arte Enamorado...Moribundo Arte

Es un réquiem eterno a la historia de una Nación hecha Arte. Arte triste y lamentable Olvido, allí abajito, en el viejo taller, acá en Caldas (Antioquia) donde el barro y el bronce en un barrio literalmente aúlla. Calla arriba y calle abajo.

El pasado domingo (12 de mayo) se cumplieron 18 años de la muerte de quien a opinión personal ha sido uno de los hombres grandes que ha dado por hijo esta tierra, Hombre y Artista. Don Rodrigo Arenas Betancourt, el Maestro.

En una ocasión, pasados algunos días después de la liberación de su secuestro al parecer por el Frente 22 de las FARC, en la Academia de Medicina de Medellín pronunció un discurso en el que se encontraban algunas de estas palabras, refiriéndose a la muerte.

Morir puedes luchando; ¡vivir esclavo, nó!

De qué raza desciendes, pueblo altivo,
titán laborador,
rey de las selvas vírgenes y de los montes níveos 
que tornas en verjeles imperios del cóndor?

¿De qué nación heroica tu grandeza
en la sublime lid
que arrebaté a verdugos la colombiana tierra? 
¡Legión fueron tus Gracos, fue Córdoba tu Cid!

Estirpe tú del héroe de Ayacucho,
digna estirpe de él,
has hecho de tus montes su templo y su sepulcro, 
al numen de tus glorias y a tus banderas fiel.

Su sangre, que vertieron asesinos.
soberano te ungió, y óleo de libres llevan los hijos de tus hijos. 
Morir puedes luchando; ¡vivir esclavo, nó!

La tierra de Córdoba, Jorge Isaac (fragmento)
Noviembre de 1892.

El Aguardiente en Colombia

Según antiguas crónicas, Colón recibió de manos de nuestros aborígenes y como regalo de bienvenida un gran presente: El tabaco.

Relata la misma crónica que en 1493 en su segundo viaje Colón trajo a nuestros aborígenes a manera de contraprestación la caña de azúcar, la panela, la miel y un líquido que probado fue agridulce y que recordó a los indios una palabra quechua, guarapo.

Tendría que pasar mucho tiempo para que el aguardiente y el tabaco vencieran toda clase de resistencias y avatares históricos para sentarse sin mala conciencia, discriminación de sexos y ocultamientos para ser ampliamente aceptados y accesibles en las mesas del este y otro lado del Atlántico, como compañeros estimulantes de estos alimentos del espíritu como la ensoñación, la amistad, el júbilo y el simple descanso.

El Tejido de Esperanza

El Edén. Quizá se llama así porque allí existe el paraíso. Todo es brillante. Los cultivos cuadriculan el paisaje en gama de verdes que envidian los artistas. El sol se embelesa con sus rayos matutinos cayendo en saetas disparadas por dioses encumbrados. Luces que se estallan en los frutos del cafeto, pequeñas esferas carmesí que maduran con prodigio. En este sembradío aromatizado de placeres está la chapolera que arranca con destreza del arbusto sus semillas para después depositarlas en el cesto donde caen todas las estrellas.

Como ave circundante planeo sobre el verde y pródigo tapete tejido de campiñas y bosques sin hachas ni machetes. Llego impulsado por mis pasos y mi instinto a una pequeña casa de tejas de añoso barro, con puertas y ventanas rústicas, sin pigmento. De paredes de pañete expuesto con su amarillo ocre. Rodea a la vivienda un jardín florido salpicado de colores excitantes, árboles frondosos, profusos en flores vivas. Se sienten aromas miríficos que transportan el espíritu a cumbres celestiales.

Al llamar responde desde el interior de la casucha, una voz femenina con musicalidad de arpas, flautas y violines. Voz acompañada de una hermosa dama con vestiduras humildes, cuerpo de reina y alma de diosa. Trae en sus manos el tejido del día, con palma de toquilla, con forma de sombrero. De sombrero aguadeño.

La M.A.C en los últimos 30 años


Apartes del proyecto de investigación LA MÚSICA ANDINA COLOMBIANA EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI de John Jairo Torres de la Pava
 (Publicado en la separata especial de los 30 años del periódico El Mundo, con el título Un fortísimo para nuestra cultura, el 20 de abril de 2009)

Los orígenes de nuestros aires musicales tradicionales se encuentran en el mismo crisol en el que se fundió nuestro mestizaje. En nuestras músicas confluyen no sólo razas, también culturas, y el resultado es una fusión continua de sonidos, ritmos, palabras y sentimientos. Durante dos siglos pasaron de padres a hijos, trasegaron por nuestra geografía, sufrieron deformaciones y transformaciones. No tenemos testimonios escritos (en un lenguaje musical) ni sonoros de cómo eran esas manifestaciones antes de las postrimerías del siglo XIX, pero lo cierto es que unas sobrevivieron y se aferraron como árboles gigantes a su tierra, y que otras se quedaron en el olvido de los años, enterrados por la desidia o por el desinterés que siempre hemos demostrado por lo terrígeno.

Sin duda alguna la incursión de los músicos académicos en los aires tradicionales y populares colombianos nos abrió un panorama jamás imaginado y la posibilidad de contar con testimonios escritos de las obras musicales populares recopiladas por ellos y las creadas a partir de este momento. Varios elementos contribuyeron a que, en relativamente poco tiempo, la música andina colombiana alcanzara, a principios del siglo XX, un nivel de excelencia y se generara una naciente nueva cultura musical con características muy propias: la llegada al país en el siglo XIX de músicos europeos, el hecho de que muchos de nuestros músicos estudiaran en las mejores academias del país y que muchos de ellos continuaran su formación musical en el exterior.

Jorge Villamil


Sus piezas partieron de silbidos y se convirtieron en sinfonías. Para el maestro Jorge Villamil la música era tan sencilla y espontánea como silbar y hacer composiciones y por eso en su haber alcanzaron a figurar más de 200 creaciones de primera categoría. Muchas de ellas siguen siendo, después de varios lustros, homenajes sentidos a su natal Huila y pilares fundamentales del folclor andino colombiano.

Nunca aprendió a leer notas, porque la música era al comienzo una pasión alterna, pues sus afectos estaban concentrados en los estudios de medicina, de los que se graduó como ortopedista y traumatólogo en plena década de los 50. Durante su ejercicio profesional en lo que se conoció en la época como el Instituto de los Seguros Sociales se lanzó a los terrenos de la composición en un tiempo en el que las artes no eran bien vistas. “Yo recuerdo que antes la palabra compositor era sinónimo de ‘perro’, porque la música se desarrollaba en un ambiente muy bohemio. Incluso, mis papás al comienzo no estuvieron de acuerdo porque no querían que (dizque) su hijo se torciera”, manifestaba entre risas el creador de temas tan insignes como Oropel, Llamarada, Me llevarás en ti, Luna roja y El barcino.

El Bambuco, Rafael Pombo

Diseño por Willian Ospina Chirry

EL BAMBUCO
Aire y baile popular de la Nueva Granada
(Colombia)

I
Para conjurar el tedio
De este vivir tan maluco
Dios me depare un bambuco,
Y al punto, santo remedio.

Buena orquesta de bandola
Y una banda de morenas,
De aquellas que son tan buenas
Que casi basta una sola.

Y aquí de los granadinos!
Venga el cometa dragón!
Veremos el encontrón
Sin dársenos tres cominos.

Lejos Verdi, Auber, Mozart!
Son vuestros aires muy bellos,
Más no doy por todos ellos
EI aire de mi lugar.

Gaitán, por Gonzalo Arango

9 de Abril: la misteriosa madeja del destino. La muerte de este hombre altera mi vida. Cuando lo mataron, yo ni siquiera había nacido a una conciencia de ser. Era el fruto bastardo de unas bodas entre la ignorancia y una ideología fetichista fundada sobre el mito y la mala fe, que lo único que tenían de bueno era la inocencia en que se inspiraban.

Yo contaba entonces 16 años y tanto el pensamiento como la vida me eran frutos prohibidos. Lo poco que sabía entonces se me había enseñado partiendo de una moral basada en el terror al infierno. Quizá Gaitán había sido arrojado del altar de mi familia como un camarada del demonio, pues sólo hasta ese viernes de 1948 oí por primera vez mencionar su nombre: Habían asesinado a un caudillo en Bogotá. ¡Se llamaba Jorge Eliécer Gaitán! Y la radio empezó a tronar los ecos fatídicos de una revolución tardía y frustrada cuyos himnos eran de muerte.

La belleza de la revolución se revolcaba en el lodo de la demencia y el crimen: el aborto era bautizado por el diablo. Esa tarde, la Revolución se resbaló y cayó en el infierno de la violencia. Después supe porqué. Aquella tarde no lo comprendí. Mi padre nos encerró en un cuarto oscuro y nos rezó como siempre que había tormenta: “Aplaca Señor Tu Ira, Tu Justicia y Tu Rigor...”. Y también: “Señor Dios de los Ejércitos, llenos están los Cielos y la Tierra de la Majestad de Vuestra Gloria...”. Para mí esas oraciones eran el fin del mundo, el diluvio y la guerra. Yo rezaba y lloraba de espanto al mismo tiempo.

Presentación

El mañana ha de ser abundante en cosecha de profundo ímpetu del pasado, una fuerza creadora y reconocedora de una identidad que transforme, que no se limite para con la esperanza de vernos haciendo patria a diario.

Un estribillo pasional que inflame nuestros corazones, lanzado en lo alto de las montañas; no son más que las notas que se han tocado, que retumban aun abajo, persisten en el ocaso y avivan nuestros espíritus.

Recogeremos el jugo de la caña cortada. No solo como símbolo propio, sino como jugo vital de nuestra entraña. Avanzando siempre hacia la elevación de cada sentido inalienable e inquebrantable para elegir su providencia, uno semejante al otro, de memoria larga que empiece a notarse.